viernes, 19 de junio de 2009

CEDET Y EL MOVIMIENTO NEGRO

CEDET Y EL MOVIMIENTO NEGRO

Contexto social
Toda institución nace, y se nutre en un contexto del cual extrae su sentido, ya que de él brota su necesidad existencial. En especial instituciones como en Centro de Desarrollo Étnico, una asociación de carácter social, constituida inicialmente por militantes activos del movimiento afroperuano, con un horizonte, por tanto común, por lo menos en los aspectos de la identidad afroperuana.

Ese contexto debe, por tanto comprender la situación del movimiento afroperuano, la situación política y la situación económica, desde el ámbito propio de su existencia: el Perú, pero mirando y tomando en cuenta las perspectivas globales, que han sido también de suma importancia.

El movimiento afroperuano
En el escenario de 1999, al movimiento afro se lo veía desde dos perspectivas: por un lado una triunfalista, que rescataba el nivel de actividad alcanzado desde sus orígenes, en los cuales no existía ningún grado de organicidad, y la aventura del movimiento era la intención genrosa y combativa de un grupo de afrodescendientes que asumiendo su identidad, la manifiestan al público, convocando a otros hermanos a hacer fuerza para constituir este movimiento. Por otro lado se destacaban elementos negativos como la fragmentación existente, las disputas internas, los protagonismos individuales.

Ese año aunque el movimiento Francisco Congo no era la única organización afroperuana en el país, si era la más representativa. De la misma militancia de Francisco Congo había salido otra organización bajo la dirección del abogado Jorge Ramírez Reyna, denominada Asociación Negra de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (ASONEDH), con un perfil institucional más cercano a una ONG que a un movimiento. Era evidente que competían en el mismo mercado de población objetivo (el “pueblo negro”), y las instituciones de financiamiento solidarias. Si bien Francisco Congo era la organización negra de inmediata recordación en el Perú, es decir la más reconocida, no sucedía lo mismo con las actividades o proyectos desarrollados, los que requerían de financiamiento externo, el cual era escaso. Asonedh constituída claramente como una ONG, tenía mayor facilidad para acceder al financiamiento de la tarea que era consuetudinaria del movimiento Francisco Congo: convocar a la población negra, en especial de las comunidades, y brindarles apoyo, en especial en materia de identidad.

Otras organizaciones se fueron incorporando al espectro de organizaciones afroperuanas, Cedemunep, Mujer Negra y Desarrollo, etc, al mismo tiempo que se establecían redes de organizaciones afrodescendientes en el continente. Generalmente apoyadas por fondos de origen norteamericano previstos para este tipo de movimientos. Las organizaciones negras peruanas participaban en estas redes y reuniones, con los gastos cubiertos por las organizaciones hermanas. Al mismo tiempo se realizaba el trabajo en las comunidades.

Este trabajo, por el lado del MFC era intenso, se establecían contactos y se realizaba labor de concienciación.

Desde una perspectiva positiva esa organización fundacional inspirada en algunas experiencias que ya constituían las semillas del movimiento, como el pensamiento de Nicomedes Santa Cruz, las convocatorias sociales de la Tribu, y los intentos investigativos del INAPE, además de personajes que asumían su negritud públicamente, constituyó el movimiento negro orgánicamente con el nombre de Movimiento Negro Francisco Congo.


Francisco Congo y el Movimiento Afroperuano
De Francisco Congo sabemos que fue traído de África como esclavo a una hacienda en la ciudad de Pisco, en enero o febrero de 1713. Cansado de los maltratos y las condiciones de vida de los esclavos y dispuesto a lograr un mejor estado de vida, logra huir incorporándose en el quilombo de Huachipa en el cual por sus dotes de líder alcanza la más alta jerarquía y conduce la resistencia contra los ataques de las milicias de los hacendados.

El general español Martín Zamudio fue encargado por la corona española a comandar el ejército que reprimiera el quilombo de Huachipa. Durante doce horas menos de cuarenta cimarrones liderados por Francisco Congo dieron dura resistencia al ejército español, hasta caer vencidos en el desigual combate. El líder fue capturado y sentenciado a la horca y el descuartizamiento.

Por supuesto que pese a que los españoles y criollos lo consideraron un delincuente y bandolero, su gesto fue asumido positivamente por los esclavos negros, e incluso los libertos, quienes conservaron la admiración al fugitivo afrodescendiente. De Francisco Congo se destaca el haber pensado y tomado decisiones como hombre libre, el haber convocado compañeros a compartir su experiencia y el haber ideado una estrategia de alternativa al sistema esclavista opresor.

Estos tres elementos se constituyen en el referente para el movimiento negro.
La actitud de hombre libre, antes de la manumisión.
La libertad no es una concesión que la sociedad reconoce en la manumisión. El negro esclavo era libre, pero esclavizado injustamente. Al tomar la decisión de abandonar el sistema y vivir en una experiencia diferente, toma de su propia libertad y la ejerce con dignidad. Por ello el punto de partida es la dignidad humana, manifestada en los derechos humanos, el ejercicio de la ciudadanía, la participación política, etc.
Aplicándolo a la situación actual el principio de identidad es la dignidad humana, manifestada en todos los niveles de la vida. Esta dignidad no es un reconocimiento que tenga que pasar por la aprobación de un sistema social sino una realidad existente, por tanto el afroperuano hace de la militancia en el movimiento un ejercicio pleno de su dignidad de ser humano. No es manipulado por nadie, ni se siente menoscabado por el ejercicio de la discriminación y el racismo. Proclama el orgullo de la identidad, de su historia, de sus raíces. Al mismo tiempo que orgulloso de ello, busca que profundizar esta identidad al reconocer y hurgar en las fuentes de la misma. Tal vez nadie mejor que el verso de Nicomedes Santa Cruz para expresar esta idea:

De ser como soy, me alegro
ignorante es quien critica.
Que mi color sea negro,
eso a nadie perjudica.
De los pies a la cabeza
soy un hombre competente:
nado contra la corriente
sin humillar la cabeza.
Si es orgullo o si es torpeza
mi modo de ser celebro:
lo tomado lo reintegro,
pago favor con favor,
y si negro es mi color
de ser como soy me alegro.

La lucha es un asunto de grupo
Francisco Congo como cimarrón aislado, hubiera pasado desapercibido, como tantos otros cimarrones que habiéndose liberado de los esclavizadores ejercían el bandolerismo para sobrevivir, sufriendo las consecuencias de la represión. Francisco Congo se agrupa con otros compañeros y se apoyan mutuamente para poder enfrentar la situación en la que se encontraban.
La necesidad puede haber creado la solidaridad, esta sociedad de esclavos liberados no es fácil, no hay reglas, no hay organización previa, no hay un modo establecido de garantizar un orden interno, por tanto las reglas y los liderazgos se alcanzaban por criterios elementales, a veces por disputas que podrían llegar a ser violentas. Pero el grupo era necesario para enfrentarse a un enemigo que tenía todas las de ganar. Por tanto la estrategia de liberación pasa necesariamente por integrar a los que sufren la misma situación, pasa por unir esfuerzos, primeramente de los oprimidos, y así unir fuerzas para soportar las dificultades de la vida en combate, y luego para construir una vida alternativa.
Proyectados a la etapa contemporánea la tentación más común de emancipación es la lucha individual que permita obtener un espacio en el que se es reconocido.

Estrategia alternativa al sistema esclavista
Como la sociedad imperante no otorga espacios al ejercicio de la libertad, es necesario construir una sociedad alternativa en la que la libertad y dignidad humana pueda ser ejercida como tal. De esta manera el Palenque no es solo un medio de supervivencia, sino una alternativa y espacio de libertad. Es el medio que permite el pleno ejercicio de la dignidad de la persona. Es tan importante ese espacio que merece ser defendido hasta la muerte, y tan trascendente que supera el espacio de la muerte, porque sobrevive en su concepción a la desaparición misma del palenque como producto de la represión del ejército español. La muerte de Francisco Congo y muchos palenqueros, como la desaparición física del palenque no significaron la desaparición de la experiencia, sino la vida en el conciente colectivo de los afroperuanos de esta vida en la que se podía ejercer la dignidad de ser humano. La experiencia incorporada en el movimiento es esa construcción de un espacio en el que se ejercen aquellos derechos que una sociedad racista y discriminadora no le permite ejercer con plenitud, un espacio en el que no se es invisible y en el que se manifiesta con orgullo la pertenencia a una cultura valiosa como afrodescendientes.

Cedet como institución de desarrollo
En esta interpretación de lo que es el movimiento negro: la actitud de hombre libre, la convocatoria social y el espacio alternativo, cedet es parte de este gran movimiento y se inserta para apoyar esos tres elementos ideológicos por medio del trabajo sistematizado que encause las iniciativas de desarrollo para la población afroperuana. Por ello se interesa en potenciar las capacidades de la población, teniendo como norte el desarrollo.
Es una organización militante, en el sentido de estar incorporado necesariamente al origen y destino del sector de la población peruana denominada afroperuanos, pero es una institución técnica en el sentido de trabajar para favorecer el desarrollo de esta población, usando los recursos que las diversas áreas del conocimiento científico social brindan. Es comprometido, porque inserto en la lucha de los afrodescendientes debe combatir los elementos ideológicos que perpetúan una situación de discriminación y exclusión, debe combatir directamente con el racismo, pero también es objetivo porque debe considerar las condiciones objetivas de la población, las posibilidades de su desarrollo y apuntar en un desarrollo integrado, como ciudadanos del Perú y el mundo.
Es por ello que cedet afirma el fortalecimiento de la ciudadanía como entorno general de su acción, y en esa tarea ni se considera la única ni la más importante organización que la realiza, pero reconoce la trascendencia de la misma, para lo cual desarrolla los diversos proyectos que se han aplicado y se siguen aplicando en su existencia, y comprende que lo más importante es la seriedad con la que se realizan estos, con un riguroso sustento en el análisis social, con una metodología adecuada, y con la participación constante de la población afroperuana como sujetos principales de la acción.