jueves, 27 de mayo de 2010

Experiencia del resucitado


En ciertos niveles resultaría incómodo a un racional hombre de ciencia mostrar los contenidos de su intimista espiritualidad. Claro que esto no le sucedía a Pierre Teilhard de Chardin, verdadero hombre de ciencia, al mismo tiempo que hombre de Dios.
Creer en Dios es un acto de humildad, que solo es posible si se tiene la experiencia de Dios. Y en esto Santa Teresa es totalmente docta: humildad es andar en verdad.
“Sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”. Antoine Saint Exupery.
Cuando Pablo dice que si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe,(1Cor 15 14) no puede referirse personalmente a la experiencia del Jesús de Nazareth, el hijo de María y José, que murió en Jerusalén. A ese Jesús nunca lo conoció. Su única experiencia es la del resucitado. Como la de todos nosotros.
El fundamento de la filosofía es la teoría del conocimiento, porque la certeza de las afirmaciones depende de la validez del conocimiento expresado. SI la teoría del conocimiento nos dice que es imposible conocer la realidad de las cosas, es probable que el corolario sobre la posibilidad de conocimiento de Dios sea nula. Mientras que si decimos que el conocimiento es la adecuación del intelecto a la cosa (Aristotélico tomista), tener la idea de Dios es conocer parte de su realidad adecuada al entendimiento.
LA experiencia nos ha llevado a entender que el conocimiento es un proceso, que vivimos un aprendizaje constante en el que la realidad se va descubriendo a medida que profundizamos en ella. Por ello acepto más la posición fenomenológica de que la realidad son fenómenos, oás bien apariencias, y que la realidad está tras la apariencia.
Aun más, nuestro conocimiento está basado en la fe, surge de él, porque no tenemos certeza de nada, porque no experimentamos la realidad, porque la realidad la vivimos como una experiencia. Es que experimentar es hacer un experimento, junto dos moléculas de hidrógeno y una de oxígeno y obtengo agua. Pero la experiencia es esa cualidad de confiar en que eso es, y confiar es tener fe, es aceptar con fe.
Por ello mismo tengo muchos argumentos en favor de vivir sin la necesidad de un Dios, y es que Dios es absolutamente inútil para la existencia de la materia, que perfectamente puede, y debe, ser eterna, como que es totalmente inabarcable a nuestra capacidad de conocimiento.
Pero creo en Dios, con todas las dificultades que me provoca, con todas las contradicciones en que caigo constantemente, y creo dentro de la Iglesia Católica, aunque me parezca terrible, constantemente entregada a no favorecer su misma doctrina, y llena de oportunistas de poca fe que la dirigen. Y es que nací en este contexto, y viví esta experiencia, y esta experiencia es real, y después de tantos años de experiencia, esta experiencia de fe, no desaparece, no se oculta, no me estorba, más bien me complementa.
Tener fe en Dios es la respuesta a una experiencia nacida de la formación de los padre, y de una sociedad que también creer. Es la experiencia que me hace tener fe, aes decir confiar y caminar seguro en este mundo, tener esperanza porque entiendo lo positivo del sentido de la vida, y con amor solidario, con caridad, porque sin amor, esta vida no podría ni valdría la pena vivirla.