lunes, 6 de julio de 2009

Feliz Día, maestro

Hay maneras de decir maestro. La mejor es la que nos evoca maestría, es decir tener un dominio superior de una actividad. De esa maestría bien llevada el maestro la comunica a los discípulos, el maestro enseña porque no se guarda su maestría, sino que la comunica. Esta enseñanza es un entrenamiento para que se desarrollen nuevos maestros. Claro que el maestro solo es el que tiene ese conocimiento superlativo, y por ello digno de ser seguido por discípulos, algunos llegarán a maestros, otros quedarán en expertos, capacitados, o licenciados para ejercer la actividad.
Pero también hemos aplicado maestro al operario práctico que sabe de un oficio, principalmente de reparaciones. También proviene de la maestría para ejercer esa actividad, pero se milita solo a los operarios en artes menores. A un ingeniero mecánico no le gustaría que lo llamen maestro ya que él es un profesional calificado, un maestro es uno de los ayudantes, que se ocupan del trabajo más simple, él dirige, piensa, diseña, coordina, etc.
Ambos provienen de lo mismo. Pero cuando se aplica al profesor, en el día del maestro, sólo se ha tomado el aspecto que es docente, que tiene discípulos, pero no se toma en cuenta su maestría. Al contrario, se destaca su condición económica (sueldos realmente bajos), sus capacidades académicas (el ministro de educación y su presidente afirman que están mál capacitados). Se dice que en cierta universidad el nivel menor de requisitos acadñemicos para ingresar es el de educación (o estudiar para ser maestro).
Los profesores del SUTEP, quisieron mucho tiempo que se denominaran trabajadores en la enseñanza y no en la educación. Pero igual celebran el día del maestro.
Durante diversas etapas de mi vida he trabajado como profesor, y he recibido saludos por el día del maestro. Saludos de diversa índole e intensidad. La calidad de esa experiencia ha sido también variada, he tenido jornadas de entrañable recuerdos, y experiencias que con gusto pondría al olvido. Creo que más han sido las experiencias gratas, por un lado en la relación con los alumnos, y por otro lado en la relación con los colegas o maestros. Me ha gustado enseñar a niños, jóvenes, jóvenes en educación superior, adultos. A veces pienso que debiera haberme quedado, pero mi vida es hacer camino al andar, y la mejor situación del maestro es la estabilidad, el horario adecuado, el tiempo y los recursos disponibles.
En el fondo pienso que volveré a ser maestro, no porque lo crea mi vocación, sino porque es una hermosa manera de pasar la posta. Funciona, y es agradable.
Felicidades maestros peruanos