viernes, 26 de marzo de 2010

Comentarios sobre Pueblo Afro peruano e INDEPA


Creo que no es desconocida mi opinión negativa sobre la consideración del término Pueblo para identificar el grupo afro descendiente en el Perú. Sin embargo la inclusión de los afro peruanos en la organización CONAPA que deviene en el actual INDEPA, implica la identificación de un Pueblo Afro peruano. Ideólogos militantes que si admiten el concepto pueblo para afirmar la identidad de la totalidad de los afro descendientes peruanos afirman “Pueblo para referirnos a la construcción de un proceso colectivo y participativo afroperuano” (Newton Mori)[1], con lo que no afirma la existencia sino la posibilidad. En realidad la construcción no es el pueblo, más bien lo sería el resultado, pero en estricto está afirmando la no existencia. En otro artículo parece afirmar que lo que hay es un desconocimiento de la realidad del pueblo por falta de construcción académica, como fruto de la invisibilidad (real) a la que está sometida también en ese ámbito. “Emprender una labor sistémica en este campo nos permitirá precisar las características del pueblo afroperuano”[2], por tanto el pueblo existe pero de manera invisible. El problema pareciera estar a partir del convenio internacional de la OIT, para los pueblos indígenas y lo referente a su autodeterminación y salvaguardad de sus derechos colectivos. Pero la realidad es que la autodeterminación es reclamada por la persistencia de estructuras organizativas en comunidades, los varayok existen porque las comunidades los reconocen como autoridades, aunque no pertenecieran a la estructura oficial del Estado. Son Estados dentro de otro Estado por tanto la autodeterminación es consecuencia de su propia vida política. Según Newton la condición pueblo emana de su proceso social, entonces, porqué de su proceso social no ha emanado la representación auténtica, la autoridad política autónoma, la estructura de organización social a partir de la cual la representatividad en instancias no es una discusión sobre cómo votar, ya que tienen sus estructuras propias de elección de autoridad (y es válido hasta para las de tipo monárquico).



El problema es que a río revuelto, ganancia de pescadores. Nada nos garantiza que existan “representantes” del pueblo, por un lado porque no hay nadie representativo: y no basta ser negro, y hablar como tal, sino tener el reconocimiento de los que “representan” a cada una de las comunidades organizadas como “pueblo”. El que salga, por más que sea de nuestra simpatía, no será representativo, y es que, no hay “pueblo” como tal, sino un proceso.



Pero es este proceso el que conduce a la necesidad de un deslinde importante, por la necesidad de clarificar los términos. Un elemento constitutivo y piedra de toque para la existencia de la existencia del Movimiento y de la conformación de la identidad es la persistencia. Como lo afirma Humberto Rodríguez Pastor, lo sorprendente es que a pesar de los casi quinientos años de distancia de la cultura originaria,. Años en los cuales se les ha condicionado a patrones de vida impuestos, se les ha insertado otros patrones culturales, sin embargo siga tan presente y clara la existencia de elementos propios de la cultura.

El proceso existe, pero el punto de partida no es la existencia del pueblo, ni el futuro como pueblo, es la condición de ciudadanía la que esta en juego. Es el hecho que hay barreras que le impiden ejercer con plenitud sus derechos, y la mayor de esas barreras se llama racismo, y no solo afecta a los afro descendientes, pero les afecta de manera diferente, y está condicionado por ese pasado histórico de esclavitud que marca esta ruta. La superación de estas barreras le da pleno acceso a la condición de ciudadanía, No hay una Ley que le impide al afro descendiente incorporarse a la marina de guerra, no es incorporado porque existe racismo que es ejercido de manera abierta, y que sin embargo va contra el marco legal del país. No se impide a nadie por su condición de color acceder a los organismos de poder, es el racismo el que segrega y discrimina.

Y la tarea de luchar contra el racismo no es una lucha de clases, porque el objetivo no es la distribución de la riqueza producida, tampoco es una estrategia de supervivencia económica, es una construcción de una sociedad de ciudadanos con plenitud real de capacidad y libertad para ejercer sus deberes y derechos. El racismo es una lacra social es una señal de inferioridad social, es una señal de sociedades atrasadas porque no tienen civilidad, por más riqueza económica que posean. Por ello es real de una de las metas del milenio debería haber estado orientada a la desaparición del racismo. Así como una sociedad no es más civilizada cuando hay mayor riqueza, sino cuando hay menor pobreza.

Es así que la lucha está plenamente inserta en la construcción de una sociedad con una ciudadanía integral, en verdadera democracia, libre de lacras como racismo, exclusión, pobreza, etc. Como pasado la exclusión, como futuro la integración en una sociedad de ciudadanos libres y soberanos. En esa tarea la afirmación de la cultura es una continuación de la estrategia de supervivencia, pero de manera más consciente.

Pero quiero ir en específico a lo de INDEPA, porque es sumamente interesante. Su documento define al pueblo afro peruano de la siguiente manera:

“Pueblo Afroperuano.- Se entiende así a los peruanos descendientes de africanos cuya identidad ha formado una cultura propia en el Perú y que se declaran como tales.”

1. Mientras que en los casos de los pueblos andinos y amazónicos, se comienza por el reconocimiento de “son pueblos”, en el caso de los afro peruanos sólo se considera su ascendencia, más no la conformación formal de pueblo, lo que significa de hecho una negación implícita del carácter de “pueblo”
2. Tampoco se considera el hecho de tener organización propia, aparte de la identidad, lo que también implica el reconocimiento de ausencia de una organización propia, que no es la de tipo gremial o reivindicativa, ya que ni las creadas “mesas técnicas” ni el “Movimiento Nacional” son organizaciones representativas, la primera es creada ex profeso por parte de funcionarios de la entonces CONAPA, mientras que el Movimiento, con mayor tiempo de existencia social, tiene un carácter político, no cultural, no es parte de una organización ancestral sino una opción reivindicativa perfectamente válida y necesaria.
3. El no considerar que mantienen sus Instituciones, es otro reconocimiento de la ausencia de instituciones propias de los afro descendientes en sus pueblos. En realidad lo es porque históricamente no han podido generar las condiciones de vida de un pueblo, del cual parte constitutiva fundamental es el modelo de organización, porque nacieron como parte de una institucionalidad existente que les otorga los mecanismos de inserción e identificación positiva o negativa inclusive su situación de hombre esclavo o libre. El vínculo principal es el familiar, que representa la fuerza cultural persistente e influyente.
4. No se considera el verbo incluir, por tanto no es extensiva. Es parte de un pueblo el que desciende de africanos y se consideren como tal. No hay reconocimiento de comunidades, de núcleos barriales, ni de ninguna forma de existencia comunitaria.

Mi punto de vista es que la CONAPA; y por tanto el INDEPA, no fueron concebidos para el trabajo con afro descendientes, y que no se ha realizado la tarea de incorporarlos, pese a haberlos incluido por medio de representantes y técnicos elegidos por ellos mismos. Por ello las definiciones de pueblos andinos y amazónicos no difieren sino en la composición: a quienes incluye. Lo que es sorprendente es que después de cuatro años de inclusión no se llegara a una definición, que no fuera tan etérea como la presentada.

El sui generis concepto de pueblo afro peruano


LA IDENTIDAD DESDE LOS NÚMEROS

No es que el número de integrantes defina la identidad como pueblo, o la identidad como etnia, o la identidad "a secas". Fácilmente se demostraría que existen diversidades de diversos tamaños, y no por ello ser menos identidad. O sea, no interesa que el grupo sea grande o chico, lo importante es que sea grupo, y numéricamente se empieza a ser grupo cuando se supera la singularidad (más de uno, lo que significa que es realmente un absurdo decirle a alguien: forma tu grupito de a uno, porque efectivamente, si no se dio cuenta, es un insulto, una exclusión, una segregación prepotente, etc.).

Sin embargo, nos vamos acostumbrando en este querido país, y en este también querido grupo que trabaja el tema afro descendiente en el Perú, a comenzar por la afirmación, cuántos somos (de hecho con eso estoy comenzando para variar), luego de dar el promedio aproximado que varía entre cinco a 18 por ciento, quedar en que un 10 por ciento de la población peruana sería afro descendiente, pero que ello solo es un dato aproximado porque no hay estadísticas que lo corroboren, y luego reclamar a las instituciones por no querer considerar la variable etnia en las estadísticas oficiales.

Esto podría, en broma, ser considerado parte del discurso afroperuano, ya que es repetido constantemente. Pero no podemos dejar de reconocer el justo reclamo de la incorporación en los estudios estadísticos, para no realizar afirmaciones sin sustento en este aspecto.

Lo que si es incalificable es presentar como propuesta la incorporación de la variable étnia para poder saber cuántos afrodescendientes existen realmente en el Perú. Esta variable existió en los censos coloniales y los primeros post coloniales, y representaban el interés en conocer la cantidad real de mano de obra disponible. Es decir era una necesidad económica, al mismo tiempo que una forma de perpetuar la existencia formal de ciudadanos de distinto valor social. En realidad, lo que podían con esto es saber cuántos ciudadanos existían, y con cuantos no ciudadanos contaban para edificar el progreso económico.

La diferenciación, que es una segregación real, fue una estrategia propuesta por Malcom X, en vistas de la necesidad de aglutinar a los segregados involuntariamente, en una segregación voluntaria, unificadora, y transformadora, más correctamente fortalecedora como fuerza constrructiva y destructiva. Constructiva de la identidad en torno a una esperanza, y destructora de los vicios de una sociedad que aceptaba el racismo como natural. Algun pensador peruano dijo que la gran dificultad para construir el pueblo afroperuano era que aquí no .existió el apharteid, y por tanto no se creó el espacio forzado para construir la identidad del oprimido, además que esa segregación permitió a muchos afrodescendientes norteamericanos generar rentas mayores, porque su mercado era el de los negros, un mercado que los mismos blancos se habían negado.

¿Cierto eso?. Tan falso como que la recientemente fallecida Rosa Parks desencadenó una eficiente protesta a partir del no consumo de transporte público. Si es cierto que algunos pueden acumular riquezas, pero después de medio siglo, en los Estados Unidos ser negro es un motivo más de sospecha de criminalidad, y la presencia porcentual de negros en las cárceles lo demuestra.